El objetivo del juego es sumar la menor cantidad de puntos posible a lo largo de siete rondas. En cada ronda, los jugadores deben cumplir con una combinación específica de cartas para poder bajar. Si un jugador no logra bajar, suma los puntos de las cartas que le quedan en la mano. El valor de las cartas varía según su tipo. Al final de la séptima ronda, el jugador con menos puntos acumulados es el ganador.
Al inicio de cada ronda, se reparten las cartas indicadas para esa ronda en Combinaciones por ronda. Los jugadores, en su turno, pueden tomar una carta del mazo o del descarte y luego deben descartar una carta. El objetivo es formar las combinaciones requeridas (tercias o escaleras) para poder "bajar". Bajar significa mostrar las combinaciones completas sobre la mesa, cumpliendo exactamente con lo que pide la ronda. Una vez que un jugador baja, puede seguir jugando para deshacerse de las cartas restantes, ya sea agregándolas a sus propias combinaciones o a las de otros jugadores que ya hayan bajado.
La ronda termina cuando un jugador se queda sin cartas en la mano, o cuando ya no es posible continuar. En ese momento, los jugadores que no hayan bajado suman los puntos de todas las cartas que les quedan. Los que sí bajaron, solo suman los puntos de las cartas que no lograron colocar. Tras siete rondas, el jugador con menos puntos acumulados es el ganador. Es fundamental planear bien cuándo bajar y cómo administrar las cartas para evitar acumular puntos.